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Un estudiante huye despavorido del lugar de la tragedia mientras varios padres corren hacia el colegio asustados. Buscan el móvil en su bolso o los que lo tienen en la mano intentan llamar a sus hijos. Son poco más de las siete de la mañana y las clases estaban a punto de empezar cuando un chico ha entrado armado con dos cuchillos y ha atacado a todo el que se encontraba a su paso, incluso buscándoles por las clases. Un compañero, al verlo, ha hecho saltar la alarma de incendios para que la gente saliera del edificio. Al final el subdirector, junto con un guardia de seguridad del instituto, han logrado echarse encima del chico y retenerle hasta que la Policía lo ha detenido. El joven tiene 16 años, estudiante de último curso y, por ahora, un enigma. De la veintena de heridos, cuatro de ellos están muy graves con profundas heridas en abdomen y pecho, aunque el pronóstico es bueno, con un equipo médico que confía en que todos salgan adelante. Una tragedia con anécdota macabra incluida: esta foto, un selfie que se ha hecho uno de los heridos leves tras ser atendido en el hospital. -Redacción-